Su propietaria nació en la ciudad de México, pero sus raíces yucatecas la encaminaron a crear un pequeño local que más que restaurante, es un comedor de barrio. Lo que hace tres años empezó con tacos y sopa de lima, ahora ofrece un menú un poco más extenso donde la cochinita sigue siendo protagonista. La oferta incluye tacos de cochinita, relleno negro y pollo en escabeche, así como panuchos, tortas y burritos.

Aquí se respeta la comida, prueba de ello es la sugerencia de no echarle limón a la sopa de lima porque en pocas palabras, la arruina. Para resaltar su sabor se recomienda unas gotas de salsa de habanero tostado. Lo que nos lleva a hablar de sus salsas; la mesa dispone un repertorio de condimentos que vale la pena recorrer en el paladar. Además de la comida, los precios son una grata sorpresa. Puedes elegir entre alguno de sus paquetes que te dejará felizmente satisfecho. Aunque sus adictivas micheladas pueden ser culpables del aumento en la cuenta.

Si alguien puede presumir de tener los mejores tacos de cochinita de la Colonia Roma, son ellos.

¿Dónde? Manzanillo 38, Roma

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