La moda de los food trucks, ¿un mal necesario?
Estados Unidos suma más de tres millones de food trucks en existencia. Canadá, Reino Unido, Bélgica, Francia y México son otros países que se han unido a la fiebre de la comida callejera y aunque regiones como España se resisten a su implementación, en la capital de México están creciendo como hierba.
Un poco de historia
A pesar de que Inglaterra pudo haber iniciado con el movimiento de “puestos de comida”, los food trucks se consolidaron en territorio estadounidense. Tras la Guerra Civil americana una gran cantidad de población se mudó al oeste, incrementando la necesidad de carne en dicha zona. La ausencia de tren hizo que la travesía de reubicar ganado fuese complicada. Los viajeros iban a pasar meses en el camino y necesitaban alimentarse.
Cuentan que un ranchero de nombre Charles Goodnight se preparaba para el largo trayecto y descubrió una forma de cocinar dentro de una vagoneta del ejército (conocida como wagon army) equipada con utensilios culinarios. Una caja de madera donde guardó sartenes y ollas, una mesa de trabajo y un sitio de almacenaje fueron los elementos que crearon la primera cocina sobre ruedas. El concepto fue aceptado por los viajeros y a partir de ese momento nacieron los chuck wagons.
El éxito de los chuck wagons llegó hasta Nueva Inglaterra donde los camiones de comida eran un paisaje frecuente en las calles. Sobre todo por las noches, ya que funcionaban como catering para los trabajadores nocturnos. Curiosamente aquellos camiones de comida que perdieron sus ruedas son el antecedente de lo que hoy conocemos como los famosos diners americanos.
La
idea de los camiones fue modificándose hasta convertirse en una tendencia gastronómica que en algunos casos puede ser más perjudicial que favorable. En Estados Unidos son un éxito, sin embargo, el país del norte cuenta con regulación legal y sanitaria que un establecimiento de este tipo requiere.
Adaptación a México
En México el origen de la comida callejera se remonta a la época prehispánica donde el comercio ambulante era la tradición del pueblo Azteca. En la actualidad la pobre regulación de dichos establecimientos genera problemas en la salud de la población, no obstante, es uno de los espacios de alimentación de millones de mexicanos.
Los food trucks poseen un concepto similar a los puestos de comida callejera. Sin embargo, los camiones tienen un público distinto y sus dueños (comúnmente) son jóvenes emprendedores que buscan ofrecer algo más que comida tradicional. Empero, la falta de legislaciones han hecho que se conviertan en una verdadera “epidemia”.
Camiones que ofrecen más diseño y creatividad que comida de calidad, propuestas “gourmet” que rebasan los precios apropiados y la falta de una figura legal que regule su funcionamiento son tres grandes problemas de este negocio.
De la mano del chef y dueño del food truck Barra Vieja, Edgar Nuñez se creó la Asociación Mexicana de Food Trucks, pero no todos los dueños de camiones aceptan integrarse. El motivo, ahorrar gastos de propiedad intelectual así como de instalación en el camión (tanque, electricidad, gas, etc.) los cuales pueden ascender hasta 150 mil pesos.
De la extensa cantidad de camiones que ofrecen sus servicios, solo 39 pertenecen a dicha asociación. Páginas como Food Trucks México y Chilango comenzaron a recopilar los camiones existentes, sin embargo, es difícil conocer un número exacto.
Uno de los aspectos positivos de los food trucks destaca ser una alternativa rápida y de calidad para alimentarse en un día laboral común (con una mejor higiene que los típicos puestos ambulantes). Principalmente en una ciudad donde el tiempo de traslado es significativo. Asimismo, la variedad gastronómica es considerable, ya que el food truck permite menor gasto de operación.
En comparación con un restaurante, la inversión para ingresar a dicho modelo de negocio oscila entre los 100 y 150 mil pesos. “Es un negocio novedoso, en otras partes del mundo se volvió popular. Estamos en medio, eso hace que los precios sean más accesibles a los de un restaurante”, asevera Humberto Sordo, creador de ‘Kebabs el Sordo’ en un artículo publicado por CNN.
La originalidad es parte importante de la oferta, por ello
Impulso a través de redes sociales
Es innegable la utilidad de las redes sociales para dar a conocer o expandir un negocio. En el caso de los food trucks, el Twitter es una herramienta básica, ya que los camiones anuncian a través del microblogging los sitios en los que estarán o los eventos donde podrán encontrarlos.
Si un camión de comida no tiene la red del pájaro azul, no existe. Primario es un gran ejemplo, cuenta con 6,734 seguidores (y aumentando), solo opera en eventos y es uno de los más buscados. Asimismo, las cuentas de los distintos food trucks comparten las actualizaciones de otros camiones, nuevos platillos, nuevos integrantes a la comunidad, etc.
Food Truck Bazar
Una amplia oferta puede suponer una amplia demanda, sin embargo, en el caso de los food trucks las distancias en una ciudad tan caótica como la capital de México dificultan la labor de conocer diversas propuestas. Bajo dicha premisa nació el Food Truck Bazar, un espacio de reunión para que los camiones ofrezcan sus productos bajo un mismo techo.
Desde su primera edición en julio de 2013, el bazar fue un rotundo éxito. Twitter y Facebook fueron elementos clave en la difusión del evento. A un año de haber creado el concepto, el Food Truck Bazar va ganando adeptos y cada vez está mejor organizado.
A esta idea, se han sumado lugares como el Lienzo Charro, la Feria de Chapultepec y diversos sitios que ofrecen un espacio para albergar una reunión de camiones.
La moda de los camiones es un hecho y es probable que sobrevivan al furor que tienen desde poco más de un año. Estos presuponen un modelo de negocio donde una pequeña inversión puede ser sinónimo de buenos rendimientos. El reto es que las autoridades los integren a su agenda y legislen la comida sobre ruedas para tener una mejor oferta y demanda.