Sinaloa se puede definir de diversas formas, mi favorita es a través de la gastronomía. ¿Quién puede negarse a un aguachile recién preparado, a un ceviche de atún o a una tostada de marlín? (Yo no). Una terraza que te transporta fuera del caos citadino, una edificación con historia, comida auténtica y un trato amigable es lo que encontrarás en la segunda sucursal de Shrimp Market.

La pequeña puerta apenas visible desde la transitada calle de Medellín esconde una leyenda. El edificio que alberga el restaurante fue hogar del célebre escritor Jack Kerouac, autor del libro “On the Road” (ahí les hablan hipsters); o al menos eso fue lo que nuestros anfitriones nos relataron. Una sastrería para niños continuó dándole vida al edificio durante muchos años hasta que dos buenos amigos decidieron convertirlo en un espacio dedicado a la gastronomía sinaloense.

Cada detalle de los tres pisos que consta el edificio fue cuidadosamente ideado. El taller de diseño Cardumen creó el mobiliario inspirándose en crustáceos propios de la cocina de Sinaloa. El resultado: manjares del océano convertidos en mesas y sillas que recuerdan la silueta de camarones, langostas y langostinos.

Después del paseo histórico vayamos a la parte importante, la comida. El amplio menú hará que no tengas idea qué ordenar, todo se lee apetitoso. Por suerte cuando visité el lugar nos quedamos en manos del chef Johnatan quien se encargó de llevar un plato tras otro a la mesa. Comenzamos con un chicharrón de calamar aderezado con dos tipos de mayonesa y un sashimi mazatleco para abrir el apetito. El calor estaba haciendo de las suyas así que había que comer rápido.

Continuó el desfile gastronómico un tradicional aguachile de camarón, otro de callo (que tienes que probar), un ceviche de mango con camarón y uno de atún con su

respectivo jitomate y pepino. Según el público, el primero se llevó las palmas. Las cervezas complementaron la postal. Un pequeño tejuino se coló en la pasarela culinaria. Sabores de mi querido Jalisco con un toque de tequila llegaron a mi mente con una sonrisa. Todo pintaba para ser una gran tarde.

“Playa Norte”, un platillo de dorado con lentejas cautivó con su sabor y su historia. El plato honra el trabajo de los pescadores que cada mañana tapizan de pangas la playa con pescado fresco. La receta proviene de la abuela del chef, el sabor delata la tradición.

A continuación, uno de mis favoritos llegó a la mesa sin aviso, el pulpo a las brasas. Inspirado en las discadas norteñas en su versión mariscos desapareció muy pronto, más pronto de lo que hubiera querido.

La plática continuaba entre risas y tragos, ¿quién iba a querer irse de ese lugar? El reloj seguía avanzando hasta que llegó la hora de los postres. Un dulce y ligero final para la comilona. El primero me traslado a una noche de campamento quemando bombones en la fogata. Un dulce típico de Mazatlán de malvavisco con coco bautizado como suave.

El segundo, influenciado por Aguacaliente de Garate, un pueblo dedicado a cultivar ciruelas endulzó nuestro paladar.

Como si fuera una reunión de amigos, seguimos charlando sobre el lugar con nuestros anfitriones. Sus motivaciones, ideas y pasos a seguir. Da gusto conocer lugares que tengan detrás mentes creativas y arriesgadas. Un espacio para stand up comedy, una pequeña galería de arte y mariscos frescos para llevar forman parte de las propuestas de Shrimp Market para los capitalinos.

En resumen, me llevé una muy buena experiencia de lugar. Habrá que regresar a probar más platos de su menú (se rumora que las pizzas de mariscos son muy buenas).

Dirección: Medellín 194, colonia Roma.

Horario: lun-jue 12 a 19 hrs, vie-sáb 12 a 21 hrs y dom 12-18 hrs.

Teléfono: 6379 7497

Twitter: @ShrimMkt Facebook: Shirmp Market    

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